El agua disponible en el subsuelo y que provee a los municipios de la región Valles Centrales disminuye entre 30 y 40 centímetros cada año. Mientras anteriormente se podía acceder a ella a una profundidad de ocho metros, actualmente se localiza a 12 o 15, según estimaciones del Instituto de la Naturaleza y la Sociedad de Oaxaca (INSO).
Juan José Consejo, director del INSO, señala que esto significa, en general, que hay menos agua disponible. “Si ya de por sí teníamos exceso de demanda y alteración del ciclo, con el efecto del cambio climático, estos problemas se acentúan”, dice.
Aunque es difícil hacer pronósticos, dice que sobre la escasez o la desigualdad en la distribución del líquido, ya se están viviendo consecuencias. En la situación se mezclan los procesos naturales (el ciclo del agua) y la manera en que la gente interviene en ellos, de ahí que se hable de un ciclo hidrosocial.
En el caso de la región de los Valles Centrales, explica, el desequilibrio proviene de tres causas. La primera de ellas es que cada vez se infiltra menos agua en el subsuelo a causa de la impermeabilización por el crecimiento urbano, el cual además es completamente desordenado. Adicionalmente, en la época de lluvia se tiene agua corriendo de una manera rápida que no se puede aprovechar y menos agua disponible en el ambiente. Esto, frente a una demanda cada vez más creciente.
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