Juchitán.– La caravana de migrantes, bautizada como “la roca de Dios”, llegó caminando a esta ciudad juchiteca, tras permanecer dos noches en la comunidad de La Venta; sin embargo, no se quedó, sino que siguió a pie hacia Tehuantepec, bajo 34 grados de calor.
Nadie de los considerados coordinadores explicó las razones del repentino cambio de logística, que tomó por sorpresa a las autoridades migratorias, quienes esperaban que los migrantes acamparan este fin de semana en Juchitán y definieran después su ruta por Oaxaca o Veracruz.
“¿Qué pasó? ¿Por qué no se quedan en Juchitán? ¿No vienen desmayándose?”, preguntaron sorprendidos dos funcionarios del gobierno de Oaxaca, vistiendo playera verde y chaleco guinda, color Morena, resguardados por elementos de la Guardia Nacional (GN).
Envueltos en el miedo, algunos migrantes sólo atinaron a responder que seguirían su ruta, pese al cansancio y el calor de 34 grados a esas horas de la 1:00 a 4:00 de la tarde, para evitar problemas con personas desconocidas.
La caravana, compuesta por uno 800 migrantes, ingresó a la ciudad cargando una manta en la que exigen justicia para las familias de las tres personas que murieron atropelladas en el trayecto de Santiago Niltepec a Sango Domingo Ingenio, sobre la carretera Panamericana.
Antes de seguir caminando hacia Juchitán, en la comunidad zapoteca de La Ventosa, los migrantes descansaron unos minutos y ahí fueron informados por los funcionarios del gobierno de Oaxaca, que las autoridades municipales de Tehuantepec y Salina Cruz les negaron espacios para dormir.
Esa misma actitud asumieron dichas autoridades, Vilma Martínez (Morena), presidenta de Tehuantepec, y Daniel Méndez PT), de Salina Cruz, con la anterior caravana llamasa “Jesucristo”, a quienes les negaron el uso de las unidades deportivas para pernoctar, antes de seguir caminando Oaxaca.
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